9.4.15

Guanajuato(ciudad de las ranas) La ciudad que en tiempo ha estaba habitada por los Xiximecas me acogió como si de una ciudad española se tratara. Sus calles adoquinadas, sus fachadas de colores y su ambiente cosmopolita no te hacen sentir como si de un extranjero se tratara, la libertad de perderte entre la multitud y pasar desapercibido es una de sus muchas virtudes. Esta ciudad fue fundada por casualidad, debemos retroceder a mediados del S. XVI para conocer su origen. Y así comprender en qué contexto nos encontramos. En 1546 se encontró oro en la ciudad de Zacatecas, por ello gran cantidad de buscatesoros se dirigieron en busca del filón. En medio de todo este revuelo se encuentra un cowboy extraviado que decide parar para descansar y proseguir su marcha al día siguiente. Esa noche hicieron u

Guanajuato(ciudad de las ranas)

La ciudad que estuvo habitada por los Xiximecas me acogió como si de una ciudad española se tratara. Sus calles adoquinadas, sus fachadas de colores y su ambiente cosmopolita no te hacen sentir como si de un extranjero se tratara, la libertad de perderte entre la multitud y pasar desapercibido es una de sus muchas virtudes.


Esta ciudad fue fundada por casualidad, debemos retroceder a mediados del S. XVI para conocer su origen. Y así comprender en qué contexto nos encontramos.

En 1546 se encontró oro en la ciudad de Zacatecas, por ello gran cantidad de buscatesoros se dirigieron en busca del filón. En medio de todo este revuelo se encuentra un cowboy extraviado que decide parar para descansar y proseguir su marcha al día siguiente. Esa noche hicieron una fogata para los diversos quehaceres, hacer la comida, calentarse, dar compañía, ahuyentar a los depredadores o hacer de reclamo para ellos, según se vea.
A la mañana siguiente cual sería la sorpresa al descubrir que el fuego habia fundido un filón de plata que se encontraba bajo sus pies.
No sería hasta 1549 cuando se explotaría el filón industrialmente estableciéndose esa entrada como “Bocamina de San Antón”.
En aquellos tiempos cuando se descubría un filón se le consagraba a algún santo para que fuera productivo.
Cerca de alli se encontraba una mina encomendada a San Ramón. Un párroco que evangelizaba a los indígenas. Cuando la colonia española no vio sus intereses reflejados en este párroco le perforaron los labios con un candado para que no evangelizara. Por ello puedes encontrar llaves colgadas del techo cerca de su imagen, himno de libertad para el párroco.


Respecto a las minas actualmente abarcan una zona comprendida de unos 48 kilómetros de longitud, 33 kilómetros de diámetro y unos 1380 metros de profundidad.
Aun existe una veda de plata en este lugar por lo que se continua trabajando en 14 minas.
En estas minas hay una curiosidad y es que gracias al ambiente que se da dentro de alguna de ellas se lleva a cabo un proceso de momificación natural. Se han encontrado varios cuerpos entre ellas. Incluido el de Ramón y su hijo. Ésta es su historia.
Cuenta la leyenda que el hijo de éste sufrió un accidente mientras trabajaba en la mina. Un conducto de agua subterránea detonó al poner una carga explosiva delante de este. El hijo de éste murió ahogado y su padre empezó a buscar el cuerpo para darle una digna sepultura. Bajaba todos los días para llevar a cabo su tarea, llegó a obsesionarse hasta tal punto que sus bajadas a la mina cada vez eran más prolongadas y más seguidas. Un día no subió más.
Desde entonces se dice que el espíritu de ambos corre por las galerías ayudando a mineros a encontrar la luz que ellos, en su día, no verían más.

La ciudad ha cambiado bastante desde entonces aunque se sigue creyendo, como en todo el territorio nacional; en la magia, la fé y las supersticiones. Un fenómeno que le llaman “la religión popular” siendo fieles fervorosos de la Virgen de Guadalupe.


El cambio de rumbo político de esta ciudad se debe en parte al Pípila. En su honor hay una gran estatua que corona la ciudad.
Una de las primeras victorias de la Independencia de México se dio aquí, en este preciso lugar.
La alhóndiga estaba sitiada bajo la fuerza de Hidalgo. Párroco que abogaba por un reconocimiento de los indios. Juana Gabina, natural de Guanajuato, juntó ocote (una especie de incienso y restos de madera) y brea (resina) y se lo entregó al Pípila (Juan José de los Reyes Martínez recibía este nombre por las cicatrices que tenía en la cara las cuales se asemejaban mucho a los huevos del pavo). Este hombre fue arrastrándose bajo una losa hasta conseguir llegar a la entrada incendiándola y provocando el asedio.
Como he dicho, sería una de las mechas que prendería la Independencia de México.

8.2.12

Segura y las Villas

Llegas al cruce de turno conforme van apareciendo los primeros rayos de sol, lo cual hace ésta práctica algo agradable aunque sea mínimamente en invierno; vas cosechando la paciencia con una sonrisa de par en par expectante, por lo que te espera en adelante.
Los coches pasan a tu lado raudamente, su paso levanta un viento helado que te alcanza en la cara, tu única parte desprovista de todo abrigo y te da la sensación que quieren que borres esa sonrisa inherente sin motivos. Como decían en Smoke (Paul Auster) “pronto empezarán a prohibir sonreír a la gente”. La felicidad ajena se tiende a dinamitar.
Empiezan a golpearte, con sus malos gestos, con la indiferencia de otros, las miradas compasivas, y tú sigues con la mano extendida esperando algo de solidaridad. Los primeros rechazos los encajas incluso con algo de humor, he averiguado que mantengo esa tolerancia unas 3 horas siempre que sea a primera hora de la mañana; pero a medida que va pasando el día subes, bajas, subes, bajas, bajas, te hundes, resucitas!!Me han cogido!!Empiezas a abrir el tomo completo de esa persona, son 1000 libros abiertos ante ti,como decía cierto amigo, y puedes escoger cualquier capítulo.
Vas andando, los ojos te brillan de ilusión renovada con los nuevos paisajes, y miras a tu izquierda y sin saber por qué sonríes. Ese compañero te mira extrañado y a pesar de eso y sin saber por qué te devuelve la sonrisa compartiendo y participando de tu felicidad. Te suelta en otra cuneta y lo miras alejarse con nostalgia, Suerte compañero!! Es entonces cuando piensas que quizás os volváis a encontrar en otro camino aunque con los mismos zapatos.




Hornos de Segura

Imposible continuar...50 kilómetros hasta el próximo pueblo y son las 16.00. No llego ni en broma. Empieza a refrescar y me cobijo del frío aprovechando los últimos rayos de sol mientras leo a Krishnamurti. Estoy extenuado y no veo el fin. Se ha acabado la comida y no tengo agua. El bocata de jamón de Santos, aunque estaba algo seco, era parte de mi último entremés (ya que las comidas de las que me sirvo solo pueden calificarse así o como entrante, por la cantidad).
En este pequeño pueblo de Jaén he conocido a Ernesto y en la primera conversación ya me ha ofrecido su casa. Parece de los nuestros.
Comienzo a andar a pesar de las advertencias de frío y de que moriré congelado o devorado por los lobos o los dinosaurios, qué sé yo!!Deme menos consejos y más dinero escuché alguna vez.
Mientras esté caminando no me pasará nada y me queda algo de vino. Empiezo a ver los últimos andantes que vuelven de su paseo diario por la carretera. Conforme me voy adentrando en el corazón de la sierra empieza a oscurecerse cada vez más el camino, la llegada de la noche y la inclinación de los árboles sobre la carretera hacen de éste un pasadizo algo tenebroso. Comienza la espesura y los ruidos. Cuando llevo algo más de 1 hora y media sin ver a nadie empiezo a vislumbrar mi futuro. Caminar toda la noche.
Momento!Escucho un coche que se acerca. Me vuelvo para entendérmelas de cara con el conductor, mierda! Es una chica!! No me cogerá a estas horas y menos siendo una chica.
Lo sabía. Ha pasado de largo. Normal. Era mi única esperanza, mis piernas flaqueaban por el rendimiento al que las tuve sometidas durante todo el día y apenas sin ingerir alimento.
Espera..Frena. Ha parado! Las luces rojas del freno iluminan mi cara rebosante de alegría.
-¿A donde vas ahora chiquillo?


La Capellanía

Me hará gracia cuando, con cierta dificultad, vuelva a releer esto. Me encuentro en una aldea de 13 habitantes en el corazón de Segura. Me han dejado una pequeña ermita-escuela para dormir. El polvo y el ambiente son cargantes y pesados. Hacía algún tiempo que no se abría. Busco leña preparándome para lo que será una noche muy larga.
Mi logística abarca lo que es un vela gastada de iglesia, que no alumbra una mierda; una estufa cilíndrica de leña que, ya sea por las piñas de pino ya sea por su propia inestabilidad histórica reventará en cualquier momento; y una linterna de un dinamo esclavizante. Mire hacia donde mire solo hay crucifijos y una virgen que llora cargada de flores de plástico. Estamos en un lugar genial
-¿Por qué lo haces? Le digo.
De todos modos siento algo de terror ya que si eres un católico redimido que aprovecha la más mínima oportunidad para increparle a ____ ese mundo que nos ha dejado, terminareis por encontraros. Esta noche ajustaremos cuentas entre él y yo probablemente.
Eva (catalana y jornalera) y Santi (catalán igualmente y gordito con una gran rasta y pendientes tipo pirata) me dieron la llave del lugar donde he construido mi pequeño hogar. Se construye fácilmente y cada viaje con menos objetos. Un libro, un pañuelo o el incienso de tu cuarto pueden hacer allá donde vayas la extrapolación del ambiente acogedor y cálido de tu hogar.
Conforme voy pasando el tiempo en mi “hogar” lo encuentro más acogedor y no hay nada de lo que preocuparse excepto de la estufa. Estoy seguro que esto reventará cuando me encuentre dormido. Será algo así como la “muerte dulce” de la que hablan en relación al sueño y las hogueras en las casas.
Tampoco desperdiciaré mucho tiempo en comer. Mi cena consta del resto de la botella de vino (Elegido, 1,49 euros...lo peorrrrr) y la galletita del café.
Voilá! Ya cené!!


Me sentí algo nostálgico descubriendo los libros que se escondían en un viejo y magullado armario de la iglesia. El mueble estaba algo desvencijado ya que una vez abrí las puertas, se destripó derramando los libros por todo el suelo.
Alli estaban todos los clásicos, la mayoría autores españoles como Quevedo, Cervantes, algo de poesía como Rubén Darío y el que más me interesó, Balzac; que además sería uno de los pocos autores extranjeros. También habia libros de geometría, matemáticas, geografía, cuadernillos de aritmética...
El polvo de los libros se alborotaba al cogerlos y junto a la luz de mi linterna daba una sensación algo misteriosa. Empecé a estornudar, no tolero el polvo; y a pesar de eso no calmé mi curiosidad hasta que no leí el título de todos los libros alli presentes. Esa noche dormiría tranquilo con los grandes escritores.



Al día siguiente me levanté al alba por varios motivos; llegar a mi destino antes de que anocheciera de nuevo, admirar el paisaje en el orto, o simplemente lo hice por sacarle el máximo jugo al día ya que tampoco me gusta dormir.
Comencé a andar y a pesar del frío se fue dibujando una jovialidad en mi rostro inexplicable. En 3 horas llegaría a Los Anchos. Jose me recibió con la calidez del amigo añorado, a pesar de solo haber hablado por teléfono.
El lugar, con el tiempo, quizás se convierta en otra cita obligada.

30.8.11

Cabo de Gata


Salgo a las 10.30 de mi ciudad con un amigo que se dirige a su trabajo, una ocupación que según él “le he buscado yo”; es socorrista en un pueblo vecino. Como siempre llega tarde a su puesto y como siempre que tiene algo de voz en el asunto se vuelve déspota. Me deja en Torrox a las 11 y en unos 45 minutos me recoge Javi (46 años, Guardia Civil retirado tras un accidente de coche mientras conducía ebrio). Hablamos de la Policía, del abuso de autoridad y de la desobediencia civil; me dice que nunca ha puesto una multa, que todo el mundo puede equivocarse. Continuamos charlando del bien y del mal los cuales consideramos momentáneos y justificables según el caso. Llego a Roquetas de Mar son las 14.00 de la tarde y hace 35º; tolero bien el calor le digo al piloto mientras vamos con el aire acondicionado. La perspectiva cambia momentos después cuando vuelvo a hacer autostop. Me deja cerca de un súper y aprovecho para comprar las provisiones aunque queden unos 50 kms para mi destino. Una vez dentro del Carrefour me encuentro con unos hippies; rastas, camisetas de colores, pulseritas, collares y demás....
¿Vais a San Pedro?
-Sí, pero somos dos y en la parte de atrás de la furgo está la cama...................
Así me quedo yo, mi cara es un cuadro. Vale, me las apañaré, suerte!!
Salgo y me dirijo a la autovia, mientras espero los veo pasar con la furgo haciéndome el símbolo de la paz sonrientes. Los saludo disimuladamente y entiendo porqué no queda sitio.
La hipocresía ocupa los lugares restantes del vehículo.
Después de una hora al Lorenzo de Almería me recoge Michel, el cual me da la bienvenida a su humilde coche con Rock&Roll del estilo de S.A. y un canutito. Charlamos sobre Marihuana y música. Me suelta en una gasolinera después de un trayecto de 20 minutos. Descanso en la gasolinera unos minutos mientras planifico mi ruta.
Me pongo en carretera de nuevo y me recoge Antonio (56 años, repartidor de una empresa de paquetería, temperamental, afiliado al PSOE cuando era ilegal). Al montarme en el coche se percata de mi perplejidad y me pregunta como estoy; previamente en la gasolinera habíamos hablado sobre mi futura dirección. Me disculpo y le cuento que mientras estoy esperando han pasado unos chicos y me han llamado hijo de puta a voces, se indigna y yo me frustro. ¿Por qué llamar hijo de puta a un desconocido?. Aunque yo les grité ¿hijo de puta por qué? Me gustaría saber qué les mueve a dañar a alguien que no saben nada de él. Este tipo de gente es capaz de cualquier cosa.
Antonio me deja en otra salida de Almeria. Me vuelven a recoger a los 20 minutos otra parejita y me suelta en medio de ninguna parte del desierto de Almería.
Mis pies queman al andar por la carretera y me he quedado sin agua.
Veo una furgo. Me recogen Joseba y Erna (Bilbao, hermanos que viajan juntos con Tragón, su perro). Me cuentan que han sido desalojados de una playa por un policía que habia en ella con su familia. Motivo aparente: un perro. Motivo real: el aburrimiento y las ganas de joder mezclados con el (nuevamente ésta palabra, qué raro) abuso de autoridad. Llegamos a Las Negras, tomamos un café juntos y unos cigarrillos. Me despido sin teléfonos ni direcciones, sabemos que fue agradable y que no nos volveremos a ver.
Continuo, caminando esta vez, por los barrancos escarpados de Cabo de Gata; ya veo San Pedro y son las 20.00 de la tarde.

28.8.11

UKPAINHE...




Ucrania, 45 millones de habitantes con una extensión de 75 hab/Km cuadrado, tierra fría y hostil para sus combatientes. Su gente es igual que el hielo, una vez que rompes la capa superficial se ve la claridad del agua; franqueando éste puedes sentir la camaradería.

Tormenta de nieve, mis pies al contacto con el pavimento helado se han quedado húmedos; la acera y la carretera se componen en su mayoría de nieve e hielo resbaladizo, todo esto unido convierten un simple paseo en un aguerrido viaje contra los elementos. El metro (1960) algo roído, con óxido, aglomerado y comunicado entre sí por pasillos oscuros y grises de alquitrán; en otros tiempos por estos pasillos circularon militares, los mismos que ahora nostálgicos ven el desmoronamiento de su imperio a través de incursiones como la de Coca-Cola, el Mcdonald´s o la mia.

Miro a mi alrededor y la gente no es tan distinta, predilección occidental en la música, mercados saturados de productos sin embalar y apuesto que aún más sanos, a pesar de la insalubridad en la que se encuentran.

Odessa


Los primeros días que te encuentras fuera de tu casa, ciudad o país experimentas una sensación de desarraigo y de desvinculación que raramente puedes sentir cercanía o familiaridad. Mi acercamiento a casa vino de mano de un “no lugar”; en términos psicológicos, espacios que son iguales en todos los sitios; un McDonald´s. Llegamos a Odessa a las 5 a.m. con una temperatura de 5º bajo cero aunque la sensación de frío es mayor por la humedad del mar.
Curioso como suceden las deficiencias con la mayor naturalidad del mundo, se va a ratos la luz en el metro, cae una línea de alta tensión en medio de la ciudad...por ejemplo; un vagabundo tirado en la calle a esa temperatura y nadie hace nada.

También se ha dejado sentir la melancolia por el sistema que se fue, pero quedan las pautas; los policías, a pesar que su sueldo no asciende a más de 200 euros, son tratados como semidioses; hay que fumar cerca de las “papeleras” (cilindros de hormigón con una franja amarilla pintada en el centro), no se pueden sacar fotos...me ha parecido que se tiende a la similitud, todos son parecidos, gorros, ropa gris, pelo rasurado estilo paramilitar... Hoy me han cacheado unos policías y a un amigo que me acompañaba le dijeron que no hay oportunidad todos los días de ver un español, aunque yo me siento más bien como un extraterrestre, todo el mundo me mira.






 ¡What a wonderful world!

En Ucrania también hay un sol embriagador, solo que éste se esconde detrás de las nubes.
¿Por qué viven los ucranianos aun a la sombra siendo uno de los principales exportadores de acero, productos químicos, armas y comida?
La corrupción cuesta cada año billones de dólares a sus habitantes y eso es solo la punta del iceberg, el dinero se desparrama escaleras abajo en la pirámide burocrática.
El actual presidente, Viktor Yanukovich; subió al poder mediante unas elecciones libres tras la era del anterior  presidente, Leonid Kuchma. Yanukovich ha acabado con los progresos que Kuchma consiguió en una década; algunas veces comprando votos, otras haciendo caso omiso de uno de los principales derechos humanos, la libertad; ya sea coartándola mediante la restricción de prensa, ya sea anulando directamente y sin preámbulos a activistas, ONG´s, políticos o periodistas. Yanukovich puede estar orgulloso de haber aprendido bien esa parte del comunismo que ejerció su predecesora KGB en la era Gorbachov. Ucrania además es el tercer país del mundo donde a la población le cuesta más trabajo pagar los impuestos; veamos un pragmático ejemplo. El SMI ronda los 97 euros; el sueldo de un policía unos 200 euros; una multa por no llevar cinturón de seguridad 70 euros. Sí, para todo lo demás...
¿Dejará de llover algún día?